Una de las evidencias más claras de que la tasa de cambio se está acelerando es cómo el ciclo de vida de las empresas, los productos y las ideas se ha acortado drásticamente. El ciclo de vida de una empresa o producto es la progresión de fases por las que pasa todo negocio a lo largo del tiempo, las cuales son: El desarrollo inicial de la idea de negocio, La adopción y crecimiento de esa idea en el mercado, La madurez o desaceleración del negocio. , y el inevitable declive de ese negocio. Según Reed Hastings, el fundador de Netflix, el ciclo de vida de una empresa se ha reducido de 40 años a solo ocho años en una generación.
Si analizamos la carrera de Bill Gates frente a Mark Zuckerberg, podemos encontrar diferencias llamativas. Microsoft comenzó a operar en 1975, y Bill Gates tardó aproximadamente diez años en llegar a la primera versión de Windows. Luego se necesitaron otros diez años para lograr su máximo crecimiento con Windows 95. En 1995, aproximadamente el 90% de las computadoras personales del mundo ejecutaban los sistemas operativos de Microsoft y sus populares productos de Office. Luego, durante los siguientes diez años, el negocio maduró y el crecimiento se desaceleró; la década de 2000 marcó el período más significativo de oportunidades perdidas de Microsoft. Luego, Satya Nadela se convirtió en CEO y tuvo que reinventar el negocio drásticamente. Ese fue un ciclo de vida de 40 años dividido en cuatro etapas de diez años.
Ahora echemos un vistazo al ciclo de vida de Facebook. Mark Zuckerberg comenzó a escribir el código en 2004 y la primera versión del sitio se desarrolló por completo en menos de dos años. Para 2006, Facebook tenía más de 6 millones de usuarios, y cualquiera podía unirse, no solo estudiantes de universidades seleccionadas, por lo que aumentó a 12 millones. En 2008, Facebook tuvo que pasar del escritorio al móvil para responder a la introducción del iPhone. En 2012 adquirieron Instagram para seguir siendo relevantes. En 2016, el auge de las noticias falsas y la interferencia rusa en las elecciones estadounidenses marcaron el comienzo de la desaparición de la empresa tal como la conocíamos. En 2022, menos de 20 años después de su fundación, la empresa tuvo que cambiar de dirección y renovar su marca para seguir viva.
Bill Gates tardó diez años en desarrollar su producto principal, pero Mark Zuckerberg solo tardó dos años en codificar la plataforma de Facebook. Por otro lado, Microsoft tardó casi 30 años en entrar en una caída del crecimiento, pero para Facebook, los problemas comenzaron 15 años después de su fundación. La generación Boomer creció en una era en la que no necesitaban preocuparse por reinventarse y adaptarse al cambio; ese era el problema de su sucesor. Pero los líderes Gen-X y Millennial ahora se dan cuenta de que necesitan reinventarse a sí mismos y a sus negocios al menos cada cuatro años para seguir siendo relevantes y competitivos.
Esta tasa de cambio solo se está acelerando. Los líderes empresariales se enfrentan a desafíos vertiginosos en todas las direcciones. La población mundial y la clase media siguen creciendo, lo cual es excelente porque ofrece nuevas oportunidades para las empresas. Aún así, la tasa de consumo y nuestra huella en nuestro planeta también están aumentando, por lo que las empresas se enfrentan a un mayor escrutinio sobre cuestiones ambientales y de gobernanza social (ESG). Este problema por sí solo afecta la forma en que concebimos, desarrollamos, empaquetamos, comercializamos y distribuimos productos y servicios. El paradigma está cambiando de obsolescencia planificada a actualizaciones planificadas.
